El Destete: Transición a una Nueva Etapa
23/09/2024

Los seres humanos somos seres afectivos desde el primer día de vida. A lo largo de todas las etapas de nuestra existencia, necesitamos tanto recibir como expresar emociones y sentimientos, pues forman parte esencial de nuestro bienestar físico y emocional. Desde el momento en que nacemos, el contacto con los demás se convierte en una necesidad primaria: sentir el calor, los latidos del corazón, el olor y la voz de nuestros seres queridos, especialmente de mamá y papá, nos aporta seguridad y confort en un mundo que acabamos de descubrir.
El Poder del Contacto Físico
Los bebés son particularmente sensibles al contacto físico. A través del mismo, pueden recibir y experimentar una amplia gama de sensaciones que influyen directamente en su estado emocional. Un abrazo cálido, una caricia suave o un beso pueden transmitir tranquilidad, amor, protección, seguridad y calma. Por otro lado, cuando el entorno no es adecuado o el contacto es apresurado y brusco, también pueden sentir estrés, tensión o ansiedad. Esta conexión emocional y física con los cuidadores no es solo un capricho, sino una parte integral de su desarrollo psicológico y emocional.
Afecto: Base del Desarrollo Emocional
El afecto físico, en forma de besos, abrazos y caricias, cumple una función fundamental en el desarrollo integral del niño. No se trata solo de gestos de cariño momentáneos; estos actos de amor son la base de un desarrollo emocional seguro y de la formación de vínculos afectivos sólidos y estables que acompañarán al niño a lo largo de su vida. Los estudios han demostrado que los niños que crecen en un ambiente lleno de afecto físico y emocional desarrollan una mayor autoestima, habilidades sociales más avanzadas y una mayor capacidad para gestionar el estrés y las emociones.
La Necesidad de Vínculos Afectivos
Para los bebés y los niños pequeños, la necesidad de establecer vínculos afectivos es tan primordial como el alimento. No basta con satisfacer sus necesidades básicas de nutrición y descanso; los niños necesitan sentirse comprendidos en sus intereses, escuchados, mirados con atención y, sobre todo, necesitan el contacto físico que les ofrece seguridad y confianza. Los besos, las caricias y los abrazos son una forma de comunicar amor de manera profunda, y refuerzan el sentido de pertenencia y protección que todo niño necesita para desarrollarse de manera saludable.
23/09/2024
23/09/2024
23/09/2024